Actriz porno y chica de compañía

Hace tiempo que quería escribir algo sobre escorts en Barcelona, pero no me decidía, he creído que éste es un lugar apropiado y lo voy a hacer. Soy, o eso dicen, guapa, atractiva, y aunque parezca lo contrario, nada presumida. Lo que ocurre es que escucharlo todo el día lo mona que eres, al final lo asimilas, lo retienes y lo haces tuyo. Desde hace tiempo me dedico al porno, soy una de las actrices porno más cotizadas en España, soy de Barcelona; entré en este mundo por pura casualidad. Una amiga me dijo que hacían un casting para una película porno que se iba a rodar aquí, en Barcelona, me presenté, y entre muchas chicas me escogieron a mí. Fue la protagonista porno novata.

Hoy día, a mis veinticinco años continúo trabajando en la industria de la pornografía, no me va mal, así que no hay por qué rechazarlo. El otro día, una amigo me comentó algo que hasta ahora nadie me había dicho: me propuso trabajar de chica de compañía, es decir, como escorts en Barcelona. El mundo del porno y el de las chicas de compañía están algo relacionados pero sin ser lo mismo. El erotismo en la vinculación directa entre ambos. Algo que a mí, me enloquece.

Escorts en Barcelona y actriz al mismo tiempo

Resido en Barcelona, y trabajo aquí, la propuesta para pertenecer a este grupo selecto de escorts en Barcelona, he de reconocer que al principio la recibí con cierta sorpresa y estupefacción. Pero inmediatamente supe que aceptaría, no había por qué dudar. Y lo supe porque sería cerrar el círculo. Una actriz porno, actúa, interpreta, al final somos actrices que actuamos delante de las cámaras. Ser escort era más real, leal conmigo misma, más natural.

Quería combinar realidad con ficción, el mundo del día con el de la noche. Símbolos con caras, pantallas de cine con citas cercanas. Me dio la referencia de una de las agencias más importantes y de alto standing de la Ciudad Condal, de lujo, con chicas bellas, discretas y cariñosas, así que no me lo pensé mucho.

Chicas de compañía y escorts: un tabú irresistible

Soy de las que se mueven por impulsos, por eso de las escorts en Barcelona que hay, soy de las más calientes o eso cre yo. Porque  me muevo por primeras sensaciones. Creo que si lo piensas mucho estás adulterando y modificando la primera reacción. Mi actual trabajo de chica de compañía en Barcelona, hace que pueda ver la realidad que tantas veces se nos niega ante las cámaras. El espectador que observa una película porno no piensa, o eso creo yo, que nosotras estamos actuando y nos regimos bajo unas directrices muy estrictas.

No tenemos mucha libertad de movimientos aunque nos mostremos por completo. Eso es lo que crea la duda, nuestra visible y notoria desnudez, y es eso justo lo que provoca la dualidad realidad y ficción. Pero yo aseguro, que hay más ficción que realismo.

No cambiaría mi actual trabajo por nada: ellos lo agradecen

Cada día veo caras de satisfacción, acompañar a alguien, hacerlo feliz, estar cerca de él, poder sentir y ver, pensar y meditar, gozar y hacer gozar; todo eso son detalles que cuando actúo no encuentro. Actuar ya lo dice la palabra es interpretar, es ser otra persona. Ante el objetivo soy otra mujer, una actriz porno, una de las mejores, sí, pero otra; pero cuando me cito, no digo excito, o me requiere algún señor o cliente, ahí soy yo. Por mucho que sea un trabajo, ahí no actúo, no finjo, no me desdoblo. Solo tengo una versión y es la real y más leal: cuando trabajo de escorts en Barcelona.

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